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Nubes de la luz
Renata Schumann
RHEINISCHE POST Düsseldorf,15 de noviembre de 1984.
 
Jorge Abot rechaza la clasificación de su obra como pintura abstracta, si bien sus cuadros huyen de cualquier figuración. Por lo visto, él representa de forma realista la luz presa en el cuadro, luz y vivencias de color como no las conocemos en nuestras latitudes –luz mediterránea-. Una realidad luminosa semejante era propia de los cuadros del pintor catalán Armando Luent, expuesto igualmente en la Galería Mühlenbusch. Pero mientras que Luent tomaba como tema figuras humanas deshaciéndose en la luz, Abot se limita en sus cuadros – de configuración generosa- a superficies en tonos blancos, rosas y amarillos que confluyen y se mezclan.

Se tiene la sensación, al mismo tiempo, de que irradian calma y optimismo. Críticos españoles compararon la atmósfera de sus obras con el sentido renacentista de ánimo y color de Leonardo Da Vinci. Pueden ser también imágenes de una realidad interior, imágenes meditativas, que expresan una sensación armoniosa de la existencia del ser. Las claras nubes de color quedan a menudo limitadas por un entramado rayado, severo y oscuro, como si lo irreal fuese sometido a las leyes de la realidad, y fuera aceptado este orden. Al mismo tiempo se ven caprichosos desplazamientos de superficies de color en capas superpuestas o la acentuación de núcleos oscuros en superficies claras.

Jorge Abot, nacido en 1941 en Buenos Aires, estudió allí Arte y Sociología. Trabaja como docente universitario de Arte y se trasladó en 1977 a Madrid. La galería Mühlenbusch en el “Schwanenmarkt” en el barrio Karlstadt, en que los últimos tiempos ha trabajado muy especialmente con artistas españoles, presenta a este artista, de gran éxito con sus 13 exposiciones individuales y 24 colectivas. El agregado cultural de la Embajada argentina en Bonn así como el cónsul argentino asistieron a al inauguración.

La galería Mühlenbusch se despide con esta exposición tras siete años de actividad. Ha desarrollado en estos años un intenso programa, en el que se incluían, aparte de la presentación de arte, veladas musicales y literarias. Ulrich Schroeter, que junto con otros dos socios llevaba la galería al margen de su ocupación profesional principal, comentaba algo melancólicamente que a menudo habían esperado infructuosamente obtener mayor apoyo, aunque sólo hubiera sido apoyo moral, del organismo municipal para asuntos culturales. Al mismo tiempo subrayó lo a disgusto que se alejaba de la amistosa comunidad de los galeristas de la “Karlstadt”. (Exposición hasta el 21 de diciembre, horario de 15-19 miércoles a viernes, sábados 11-14, domingos 11-13 horas ).